“Queremos ser referente en el ámbito de la robótica y automatización, promoviendo la innovación tecnológica y fortaleciendo las capacidades de nuestros socios”
Cuando se cumplen dos años del nacimiento de Robotekin, su actual CEO, Erik Echaniz, repasa el camino recorrido, analiza el potencial de esta imparable transformación digital y desgrana los objetivos estratégicos fijados en el Plan Estratégico 2025-2027.
Dos años después de su nacimiento, ¿en qué punto diría que se encuentra Robotekin en estos momentos?
Se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, consolidando las bases del clúster y aumentando el número de socios. En este punto, son fundamentales los primeros pasos y las acciones que se lleven a cabo para generar los casos de éxito iniciales, con el objetivo de retener a los socios actuales y, al mismo tiempo, atraer a nuevos participantes. En los próximos años se prevé fomentar la creación de proyectos colaborativos y fortalecer las alianzas estratégicas del clúster. Los Grupos de Trabajo comienzan a operar de forma autónoma para impulsar iniciativas, permitiendo a Robotekin establecer las alianzas necesarias, tanto a nivel interno como en los ámbitos nacional e internacional, para facilitar la generación y ejecución de proyectos. De esta manera, buscamos ser referente en el ámbito de la robótica y automatización, promoviendo la innovación tecnológica y fortaleciendo las capacidades de sus socios. A través de la colaboración, la creación de redes de valor y el desarrollo de proyectos de alto impacto, el clúster no solo contribuirá al crecimiento de las empresas participantes, sino también al impulso del ecosistema tecnológico regional, posicionándolo como un actor clave en el ámbito nacional e internacional.
¿El propósito con el que nació ha variado de algún modo?
Este ‘hub’ está llamado a convertirse en el núcleo central del ecosistema vasco de robótica y automatización. Es, además, un instrumento de apoyo que va a favorecer la transferencia de tecnología en Euskadi y va a coadyuvar al impulso de un nuevo modelo industrial digital y sostenible, al mismo tiempo que contribuirá a la mejora de nuestra competitividad. En este sentido, nos erigimos como ecosistema innovador referente gracias a las interacciones que se producirán entre agentes, que permitirán que fabricantes y usuarios finales vayan de la mano, así como entidades formativas que podrán adaptar sus programas educativos a las necesidades del mercado, startups que podrán madurar en un entorno seguro de aprendizaje.
¿Quiénes conforman a día de hoy la estructura del ‘hub’ y en qué sectores de toda la cadena de valor?
La estructura aglutina a representantes de toda la cadena de valor. Desde fabricantes (agentes encargados de crear la tecnología y fabricar los robots) hasta proveedores de servicios (generadores de programas y componentes que permiten `servitizar´ los robots), pasando por formación (entidades educativas y formativas que adaptan sus itinerarios formativos a las necesidades de la robótica y la automatización), I+D (dedicadas a la investigación, el desarrollo tecnológico y/o la innovación que participan en proyectos sobre robótica y automatización), usuarios finales (engloba a empresas y entidades que, no teniendo su negocio que ver directamente con la robótica, usan los robots y se benefician directamente de su desarrollo) y startups (compañías incipientes que se fomentarán y a las que se apoyará especialmente).
¿Y con qué enfoque?
Nuestra actividad es muy transversal para dar soporte y soluciones a todos los sectores que puedan ser usuarios la robótica y la automatización como palancas para mejorar la competitividad y como elemento diferencial de tracción del talento. En este último año hemos tenido un crecimiento positivo pasando de 26 socios fundadores hasta 58. Cabe destacar que el reparto de agentes es equilibrado aunque nos gustaría contar con la participación de más agentes que trabajen en el ámbito del I+D+i.
«En este último año hemos tenido un crecimiento positivo, pasando de 26 empresas fundadoras hasta las 58 actuales»
Hablemos del Plan Estratégico que Robotekin acaba de cerrar para los próximos dos años. ¿Qué objetivos están fijados en la hoja de ruta?
Los Objetivos Estratégicos de Robotekin para el período 2025-2027 han sido definidos a partir del diagnóstico que incluye las aportaciones clave obtenidas en diversas dinámicas de trabajo colaborativo. Estas dinámicas han contado con la participación activa de los principales agentes del ecosistema, así como con recomendaciones derivadas de entrevistas estratégicas realizadas en el marco de este Plan. Los objetivos se estructuran en torno a seis objetivos estratégicos y 18 líneas de actuación, que representan las prioridades fundamentales de nuestro ecosistema para los próximos años. Este marco estratégico tiene como propósito guiar de manera clara y efectiva los esfuerzos hacia la visión planteada, fomentando un avance sólido y sostenible.
¿Cuáles son esos seis objetivos estratégicos?
Posicionar el ecosistema de robótica y automatización de Euskadi como referente internacional; Impulsar la innovación tecnológica y la colaboración entre socios del clúster; Atraer, formar y retener el talento en el ámbito de la robótica y automatización; Promocionar la transformación de la industria a través de la automatización y la robótica; Fortalecer la proyección educativa de la robótica en Euskadi; Y crear un entorno que estimule el emprendimiento y las startups en robótica y automatización.
En el corto-medio plazo, ¿a qué tendencias diría que debe estar atento el sector en cuanto a robótica y automatización?
En los últimos años, la robótica y la automatización han experimentado un crecimiento exponencial impulsado por la Inteligencia Artificial (IA), la computación en la nube y la creciente demanda de soluciones más eficientes en diversos sectores. En este contexto, la irrupción de este tipo de tecnologías van a marcar, sin la menor duda, el rumbo de la industria en los próximos años, como la Inteligencia Artificial aplicada a la robótica, por ejemplo.
¿En qué sentido?
La combinación de IA y robótica está redefiniendo la automatización. Los robots son ahora capaces de aprender de su entorno, adaptarse a nuevas tareas y tomar decisiones en tiempo real. Modelos avanzados de machine learning permiten mejorar la autonomía y la capacidad de interacción de los robots con humanos y otros sistemas inteligentes.
Cada vez son más versátiles y accesibles…
Los robots colaborativos (cobots) están revolucionando igualmente la industria al integrarse de manera segura con trabajadores humanos. Su facilidad de programación y costos cada vez más accesibles están permitiendo su adopción en sectores donde antes parecía de difícil implantación o no eran viables, como la manufactura, la logística y la salud. En este sentido, y ligando esta tendencia a la automatización en logística y última milla, la optimización de cadenas de suministro y la entrega de productos mediante robots y vehículos autónomos es ya una prioridad para muchas empresas. Soluciones como almacenes automatizados, drones de entrega y robots de picking, por ejemplo, están agilizando procesos y reduciendo costos operativos.
«Nuestra hoja de ruta contempla 6 objetivos estratégicos y 18 líneas de actuación, que representan las prioridades fundamentales de Robotekin para los próximos años»
¿Qué desarrollo se prevé para la robótica en el sector Salud?
Desde cirugía asistida por robots hasta exoesqueletos para rehabilitación, la robótica está transformando la atención médica. En Euskadi, por ejemplo, tenemos el caso de MAKO, el robot inteligente que forma parte del equipo del doctor Mikel Sánchez, fundador de la Unidad de Cirugía Artroscópica (UCA) de Vitoria-Gasteiz, y que ayuda a los cirujanos en la implantación de prótesis de cadera y rodilla con unos estándares de calidad y eficiencia extraordinarios. También se están desarrollando robots asistentes para el cuidado de pacientes y personas mayores, un mercado en auge debido al envejecimiento de la población en muchas regiones del mundo. Empresas como Boston Dynamics, Tesla y Figure AI están desarrollando robots humanoides capaces de realizar tareas complejas en entornos laborales. En paralelo, los robots están ganando terreno en el sector servicios, con aplicaciones en restaurantes, hoteles y atención al cliente.
¿Qué opinión tiene de la llamada robótica blanda?
La robótica blanda o soft robotics, avanza con diseños y materiales flexibles que imitan estructuras biológicas. Estos desarrollos permiten la manipulación de objetos frágiles en industrias como la alimentación, la farmacéutica y la textil, pero también, y debido a su capacidad para cambiar de forma y adaptarse a distintos entornos, este tipo de robots resultan ideales para tareas que requieran interactuar con objetos delicados o seres humanos.
También en el campo de la agricultura automatizada la irrupción de la robótica anima a imaginar un futuro en el que las sociedades se aprovisionarán de alimentos de altísima calidad gastando mucho menos recursos, con mínima manipulación y menos actividades pesadas inherentes al trabajo convencional del campo…
Estoy de acuerdo. El uso de robots en el sector agrícola es clave para mejorar la producción sostenible de alimentos. Y en ese sentido, tractores autónomos, drones de vigilancia de cultivos y brazos robóticos para cosecha están optimizando el rendimiento agrícola y reduciendo el desperdicio.
Desde un punto de vista laboral e incluso ético, ¿cómo van a convivir las personas con robots que no van a estar sujetos a derechos y obligaciones en el ámbito del trabajo?
El impacto de la automatización en el empleo y la seguridad laboral es un tema central en el debate global. Los avances en robótica requieren marcos regulatorios claros para garantizar su implementación responsable y su convivencia con los trabajadores humanos. Sea como fuere, la robótica y la automatización no solo están transformando la industria, sino que también redefinirán la manera en que vivimos y trabajamos. Con la llegada de robots más inteligentes, versátiles y accesibles, la pregunta ya no es si conviviremos con ellos, sino cómo lograremos una integración eficiente y ética en nuestro día a día.
A tenor del conocimiento propio y del que le comparten cada día los socios de Robotekin, ¿podríamos citar algunas realidades favorables y desfavorables del ámbito de la R&A?
La tecnología actual nos permite una mayor capacidad computacional, o lo que es lo mismo, la implementación de nuevas tecnologías que requieren de la integración de sensórica y sistemas más complejos para generar un entorno productivo más inteligente que pueda ser capaz de tomar decisiones, y detectar y eliminar cuellos de botellas, reducir tiempos de ciclo y optimizar procesos mediante monitorización de calidad en tiempo real, así como incrementar la seguridad en las células productivas. Hablamos, por ejemplo, de un aumento de la eficiencia y productividad, pues los robots pueden operar sin descanso, reduciendo errores y aumentando la producción; hablamos de una reducción de los costos operativos en el largo plazo (la automatización disminuye costos de mano de obra y optimiza el uso de materiales); podemos hablar también de una mayor seguridad laboral, con máquinas encargadas de tareas peligrosas y una reducción de los accidentes y una mejora de las condiciones de trabajo; o de una personalización masiva (con tecnologías como la fabricación aditiva y la automatización flexible, es posible producir bienes personalizados sin aumentar costos significativamente); y podemos destacar de igual modo como elementos favorables que acarrea la robótica y la automatización la innovación y el desarrollo de nuevas industrias, la optimización de la logística y la distribución (desde almacenes inteligentes hasta drones de reparto) o una mayor accesibilidad a bienes y servicios, pues la reducción de costos de producción y la optimización de procesos permiten ofrecer productos más asequibles a los consumidores.
Si bien la robótica y la automatización han traído consigo numerosos beneficios en términos de eficiencia, seguridad y optimización de procesos, como nos acabas de citar, no es menos cierto que su avance no está exento de desafíos y efectos secundarios…
Es cierto. A medida que estas tecnologías se integran en más sectores, es importante reconocer que también pueden generar impactos negativos en el mercado laboral, la economía y la sociedad en general. Desde el desplazamiento de empleos hasta la dependencia tecnológica y los riesgos de ciberseguridad, la automatización plantea interrogantes que deben ser abordados con estrategias adecuadas.
«La robótica y la automatización no solo están transformando la industria, sino que también redefinirán la manera en que vivimos y trabajamos»
¿En qué realidades desfavorables pondrías el acento?
Podríamos hablar de un contexto donde se produciría un desplazamiento de algunos empleos de poco valor añadido, al estar siendo muchas tareas manuales y rutinarias reemplazadas por robots, sobre todo en sectores como manufactura y logística. Otro gap que destacaría sería el alto costo inicial de la implementación, pues aunque la automatización ahorra costos a largo plazo, la inversión inicial en tecnología, infraestructura y capacitación puede llegar a ser prohibitiva para muchas empresas. La brecha de habilidades y el desempleo estructural también habría que tenerlo en cuenta, ya que la adopción de nuevas tecnologías requiere formación especializada, y muchos trabajadores no tienen acceso a la educación necesaria para adaptarse. Y, por último, no me olvidaría de la vulnerabilidad ante los ciberataques. Los sistemas automatizados y robots conectados a internet pueden ser hackeados, lo que representa riesgos para la seguridad de datos y operaciones. La clave de todo ello, por tanto, está en equilibrar estos aspectos mediante políticas adecuadas, educación y estrategias de adaptación laboral, para que la automatización beneficie a la sociedad en su conjunto sin generar desigualdades significativas.
¿Qué va a encontrar una empresa o centro que decida formar parte de Robotekin?
Se propone un modelo de organización dinámico y centrado en los dominios técnicos, que actúan como el núcleo estratégico para impulsar la innovación y el desarrollo en el sector de la automatización y la robótica. Alrededor de este núcleo, se encuentran los Grupos de Trabajo especializados, diseñados para abordar las necesidades específicas del sector, fomentando la colaboración y la transferencia de conocimiento. Como pilar transversal, Robotory, el laboratorio del clúster, que ofrece soporte técnico, recursos y servicios a todos los Grupos de Trabajo, facilitando pruebas, capacitación y el acceso a tecnologías avanzadas, consolidándose como un catalizador clave para el crecimiento del ecosistema.
¿El futuro industrial de Euskadi pasa por una convivencia entre personas y robots?
A medida que la robótica se vuelve más ubicua en la sociedad, surgen preocupaciones éticas y sociales sobre el impacto de los robots en el empleo, la privacidad, la seguridad y la equidad. Se espera que haya un mayor enfoque en la regulación y la ética en el desarrollo y el uso de robots, así como en la promoción de una robótica responsable y centrada en el ser humano. La ética incluye cuestiones como la responsabilidad y la toma de decisiones éticas por parte de los robots, la privacidad y la seguridad de los datos, la equidad en el acceso y el impacto socioeconómico de la automatización en el empleo.
¿Y en el caso de la regulación?
Se refiere a las leyes, normativas y estándares que gobiernan el desarrollo, la fabricación y el uso de robots. A medida que la tecnología robótica avanza, los gobiernos y las organizaciones están trabajando para establecer marcos regulatorios que aborden preocupaciones de seguridad, privacidad, responsabilidad y ética. Estos marcos pueden incluir requisitos de seguridad para robots industriales, normativas sobre el uso de drones en espacios públicos, directrices éticas para la investigación y el desarrollo de inteligencia artificial, y políticas para regular el impacto de la automatización en el mercado laboral.
