A las 20.56 horas (hora peninsular española) del pasado viernes 16 de agosto, los nueve motores del imponente Falcon 9, el cohete fabricado por la compañía Space X, fundada por Elon Musk, volvieron a rugir para impulsar sus 90 metros de estructura y enviar al Espacio el primer satélite, el LUR-1, diseñado y fabricado íntegramente en Euskadi por AVS, una de las empresas asociadas de Robotekin.
Sin cumplirse las 24 horas desde su lanzamiento la compañía alavesa logró establecer el primer contacto. Minutos antes de las 22.00 horas, el cohete alcanzó la altitud prevista (515 kilómetros sobre la Tierra), se desplegó como estaba fijado (1h. y 20 min. tras el despegue) y entró en órbita nominal a una velocidad de 7 kilómetros por segundo, lo que le permitió completar su primera vuelta a la Tierra en apenas 90 minutos.
Apenas unas horas después, el sábado 17 de Agosto, a las 12.42 h, al paso de LUR-1 por Euskadi, se produjo el esperado contacto con la señal entre el satélite y la sede de AVS en el Parque Tecnológico de Álava, cumpliendo así el primer gran hito en la trayectoria espacial de la compañía después de cuatro años de intenso desarrollo científico y tecnológico. Desde el propio centro de mando de la base espacial Vanderberg (California), donde se produjo el lanzamiento, Miguel Ángel Carrera, CEO de la compañía, valoraba el impacto de este hito tecnológico tanto para la propia empresa vasca como para Euskadi. “Es un salto cualitativo extraordinario para AVS y también para el sector aeroespacial de Euskadi. Si hasta la fecha habíamos trabajado como proveedor de sistemas o componentes críticos para grandes misiones espaciales, con la puesta en órbita del LUR-1 hemos conseguido liderar una misión íntegra. Es decir, ahora ideamos el proyecto, lo fabricamos y lo testamos, y, además, una vez lanzado al Espacio, también lo controlamos desde Tierra, recibiendo los datos que envía el satélite para procesarlos”, destacaba Carrera.
LUR-1 ha sido concebido como un microsatélite de 57 kilos, el primero de la familia de plataformas LUR, para la captura de imágenes de alta definición de la Tierra, si bien, en principio el foco de la misión está puesto en la geografía del País Vasco, para contemplar la evolución del litoral, analizar controles de plagas y ríos o gestionar la distribución de cultivos, entre otros.
El satélite vasco incorpora antenas de diversas bandas (UHF, S y X) y un brazo desplegable para los paneles solares. Además, cuenta con una cámara multiespectral de siete bandas en visible e infrarrojo cercano con una resolución GSD de 1,5m (Ground Sample System – Sistema de Muestreo Terrestre) y también un experimento de Comunicaciones Cuánticas ‘QKD’, desarrollado íntegramente por AVS.
En su diseño y fabricación se han invertido más de mil días de trabajo de intensa innovación científica y espacial y 8 millones de euros, de los que el 40% proceden de fondos públicos. El satélite ha sido diseñado para tener una vida útil de cinco años. Cumplido este plazo, será capturado de su órbita espacial para su posterior reentrada a la atmósfera, donde se desintegrará.
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